jueves, 23 de octubre de 2008

Entrevista: Maria Garriga

Entrevista a Maria Garriga realizada por sus propios compañeros del Aula de Medios de Comunicación en la Universidad Popular de Benimaclet.

Una mujer con “seny”


Mujer serena, Maria Garriga. Con sentido común, prudencia, pragmatismo. Todo un ejemplo del llamado “seny” catalán.
El medio en el que vive es donde se nutre, en el pasado fue su Barcelona natal y más concretamente el Barrio de Gràcia. En el presente es una Valencia que lleva en su corazón y más concretamente el barrio de Benimaclet. Similitudes entre dos lugares que Maria no ha buscado a propósito, se los ha topado.

Pero todo parece indicar que aunque viviera en el Polo Norte, se sentiría a gusto con su entorno e inmediatamente correría a estudiar la lengua lapona y a crear una asociación para estar más cerca de la calle. Es la gente la que además de su querida familia, constituye su acicate en la vida para seguir aprendiendo como buena profesional de la curiosidad y el saber que es. Maria aprende pero en su humildad no quiere reconocer que además, todos aprendemos con ella.

_María viviste la Guerra Civil y la Posguerra ¿cómo recuerdas esos años y qué opinión te merece la Ley de Memoria Histórica?

Durante la Guerra éramos unos niños y la contienda fue casi un juego. Mi madre una mujer serena no nos inculcó el miedo. Mi padre que repartía género por la Barceloneta construyó un refugio con mantas donde resguardarnos los niños durante los bombardeos. Una de esas bombas se desvió de su objetivo (una fábrica de armamento) como siempre ocurría y dio a parar con un convento de monjas justo al lado de mi casa... Nos mudamos a otra con paredes más gordas.
Pero la guerra es muy triste, saca lo peor de la gente y me pilló a una edad en la que entonces éramos unos niños muy inocentes. En mi casa nunca habíamos sido de ningún partido, mi padre que era propietario de una tienda con trabajadores a su cargo; no temió por su vida durante la guerra, pero la familia temíamos que cuando se iba a trabajar por los barrios de Barcelona nunca volviera.

_A mi pasear por el Barrio Gótico me chifla. Cuéntanos algo de tu época joven en tu ciudad.

Sobre el Gótico te diré que por las mañanas era el lugar de paseo con mi hermano y a la vez amigo (sólo nos llevábamos 16 meses de diferencia) Me encantaba pasear por sus calles oyendo nuestras propias pisadas, parecía que caminábamos por un lugar especial. Os recomiendo que si váis a Barcelona no dejéis de visitar el Museo del Mar.

_¿Cuándo te viniste a Valencia, el contraste con lo que habías vivido en Barcelona que te supuso?

Aunque desconocida, Valencia era una ciudad a la que tenía mucho cariño por los viajes que periodicamente mi suegro realizaba y posteriormente mi marido. Mi suegro nos transmitió a la famila el cariño que el mismo tenía por Valencia. Además el idioma fue un elemento más para sentirme a gusto, el poderme expresar y que nos entediéramos. Me abrió las puertas de esta ciudad y el cariño de sus gentes.

_Hablando de la lengua ¿qué utilizas más el catalán o el castellano?

Pues depende de mi interlocutor, según en que lengua me hable me adapto a un código u otro. Así que nunca pierdo ninguno de las dos.

_En tu barrio actual, Benimaclet, formas parte de la Asociación de Vecinos ¿Qué hacéis?

Dentro de la asociación soy la directora de la asociación de mujeres. Las actividades que proponemos están abiertas a todo el interesado, no hace falta que sea socio. Organizamos charlas que proponen los miembros sobre temas de salud impartidas por un profesional. Una vez al mes visitamos un museo de la ciudad, editamos un libro anual de poesía...

_¿En que año se fundaron las Universidades Populares? ¿Fue a petición de la asociación vecinal?

Pues te mentiría si te dijera que lo sé. No tengo idea...

_Es muy interesante como llenas tu vida con las actividades, la evolución que has vivido...

Desde que murió mi marido el año pasado me he quedado muy sola. Aunque tengo a mi familia y como les digo a mis nietos “si tu me dices ven, lo dejo todo”, no puedo estar amargada. Mi marido fue un ejemplo, hasta el último momento siguió haciendo teatro y aprendiendo inglés.

_¿Echas de menos Barcelona? ¿Qué añoras?

Me gusta mucho pasear por Las Ramblas, "patear" la ciudad que yo digo. La quiero mucho: mi cuñada, mis sobrinos, mis consuegros y muchos amigos viven allí. Pero añorar no añoro nada. Mira lo único que me fastidia es que mi hija se ha mudado a Abrera (un pueblo de Barcelona en las faldas de Monserrat) y ya no está en la capital y a mi lo que me gusta es estar en la misma ciudad.