De izquierda a derecha, Manuela, Marisa y Concha
Llega un día en el que dejamos los periódicos, y los dvd en el aula; y nos dedicamos a un trabajo más artesanal: cocinar un paella. Aunque este año pensamos... ¿y por qué no encargarla? Dicho y hecho. Concha se encargó de todos los detalles y el resto aportamos nuestras sabrosas especialidades. Había que inmortalizar a la paella, más que nada, porque su protagonismo duró bien poco.
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