Frente a frente: periodista y político. Una situación muchas veces repetida. "No ha sido incisivo", "parece que no quería molestarle", "ha estado un poco blando"... Estos son algunos de los reproches más escuchados cuando un periodista acomete la no fácil tarea de entrevistar a un político, además parte de una situación de clara desventaja: el político seguramente se instalará en unos cuantos argumentos para justificar sus opiniones y se blindará ante cualquier intento de arrancarle una declaración no deseada. Pero los resultados no justifican que no se intente, el buen periodista no dejará "escapar" al personaje aunque tenga que "atacar" con sus armas que son las palabras, las preguntas; reformulando si es necesario, extrayendo titulares de lo dicho, encaminando al entrevistado para que no divague, sea claro y si hay que apuntar, apunte directamente. La entrevista es el género psicológico por excelencia y depende de muchos factores, del espacio, del tiempo con el que se encuenta. Exige preparación (por ambas partes) en el conocimiento del contrario. Pero sobre todo en algunos casos exige de una gran valentía por parte del periodista. Os dejamos aquí un buen ejemplo de entrevista que se dió hace algunos días.
jueves, 24 de marzo de 2011
lunes, 14 de marzo de 2011
Paellas UP
martes, 8 de marzo de 2011
8 de marzo: María Moliner
"Mi único mérito es el diccionario" dijo María Moliner
Cuenta Gabriel García Marquez en su artículo "La mujer que escribió un diccionario" (EL PAÍS - Opinión - 10-02-1981 ) que María Moliner se sentó a escribir su diccionario en 1951. Calculó que lo terminaría en dos años, y cuando llevaba diez todavía andaba por la mitad. «Siempre le faltaban dos años para terminar», me dijo su hijo menor. Al principio le dedicaba dos o tres horas diarias, pero a medida que los hijos se casaban y se iban de la casa le quedaba más tiempo disponible, hasta que llegó a trabajar diez horas al día, además de las cinco de la biblioteca. En 1967 -presionada sobre todo por la Editorial Gredos, que la esperaba desde hacía cinco años- dio el diccionario por terminado. Pero siguió haciendo fichas, y en el momento de morir tenía varios metros de palabras nuevas que esperaba ver incluidas en las futuras ediciones. En realidad, lo que esa mujer de fábula había emprendido era una carrera de velocidad y resistencia contra la vida"
Hoy hemos dedicado la clase a recordarla, a través de artículos y de este documental sobre su vida:
http://www.rtve.es/mediateca/videos/20110114/maria-moliner-libros/987624.shtml
Cuenta Gabriel García Marquez en su artículo "La mujer que escribió un diccionario" (EL PAÍS - Opinión - 10-02-1981 ) que María Moliner se sentó a escribir su diccionario en 1951. Calculó que lo terminaría en dos años, y cuando llevaba diez todavía andaba por la mitad. «Siempre le faltaban dos años para terminar», me dijo su hijo menor. Al principio le dedicaba dos o tres horas diarias, pero a medida que los hijos se casaban y se iban de la casa le quedaba más tiempo disponible, hasta que llegó a trabajar diez horas al día, además de las cinco de la biblioteca. En 1967 -presionada sobre todo por la Editorial Gredos, que la esperaba desde hacía cinco años- dio el diccionario por terminado. Pero siguió haciendo fichas, y en el momento de morir tenía varios metros de palabras nuevas que esperaba ver incluidas en las futuras ediciones. En realidad, lo que esa mujer de fábula había emprendido era una carrera de velocidad y resistencia contra la vida"
Hoy hemos dedicado la clase a recordarla, a través de artículos y de este documental sobre su vida:
http://www.rtve.es/mediateca/videos/20110114/maria-moliner-libros/987624.shtml
Suscribirse a:
Entradas (Atom)