A Cristina Garcia Rodero (Puertollano, 1949) no le gusta que le llamen fotoperiodista, ella se siente una documentalista porque retrata la vida como una antropóloga paciente que dispone de tiempo para aproximarse con respeto al alma humana . Su filosofía es sencilla: "Un día la cámara molesta; al segundo, incomoda menos; a los tres días nadie puede seguir ocupándose de ti, así que la gente vuelve a su vida normal"Puede presumir (no lo hace) de ser la única fotógrafa española (y la cuarta en todo el mundo) que forma parte del selecto club de la agencia Magnum. "Jamás pensé en Magnum. La veía tan alta, tan alta, tan alta... Veía que yo no daba el perfil de Magnum: una persona joven, que pueda estar en cualquier guerra... A mí las guerras nunca me han interesado. Huyo del sufrimiento, tal vez por eso he ido tanto en mi trabajo hacia las fiestas, donde la gente vive, disfruta, comparte... No soy fotógrafa de prensa, nunca he buscado la actualidad en sí. Conocía a gente que había sufrido porque su meta era Magnum. En la agencia no se conforman con cualquier cosa, quieren un buen fotógrafo y eso presiona mucho y se sufre. Yo soy soñadora, pero no quería sufrir"
Mañana acudimos al Centro Cultural de la Beneficencia a su exposicion María Lionza: la diosa de los ojos de agua, que estará hasta el 19 de diciembre.
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